El domingo

EL dia comenzo con mi señor desnudandome a tirones y agarrandome de la cintura y volcandome boca abajo sobre un almohadon en la cama, me sujeta de la espalda y abre mis piernas y busca mi vulva y la recorre desde el vientre hasta abajo, pronto la deja y pasa a abrir mis nalgas y sus dedos buscan mi ano.
Un dedo bien lubricado se mete , intrusea, deja algo de gel, sale y entra de nuevo con otra carga de liquido, entonces su pene se apoya en mi ano y empuja sin pausa ni piedad. Senti que me partiria, llore, las lagrimas salieron solas, pero logre mal pujar y el ano se extendio y la cabeza penetro casi por sorpresa. Pero mi alivio duro pocos instantes, no bien paso la cabeza, volvio a empujar y penetro sin pausa hasta que lo senti topar en mi trasero.
De pronto me paso algo inconcebible, mi propio cuerpo se rebelo a mi pasividad de esclava, se revolco, trato de sacarse el miembro invasor y alcanzo a expulsarlo un trozo, solo para ser aplastada sobre el almohadon y penetrada hasta el fondo de nuevo. Voli a revolcarme, casi en un movimiento automatico, independiente de mi voluntad, eso me dolia terriblemente, pero no tardo nada en aplastarme y ya sujeta entrar de nuevo.
Me sujeto firmemente de la cintura, tengo apoya-pulgares bien marcados, el bromeaba con eso, y comenzo a sacarlo y entrar hasta el fondo una y otra vez.
Me dolian sus embates y me aliviaba muchisimo cuando se retiraba, pero era solo para volver a recibirlo hasta el tope. Se me caian las lagrimas, de hecho moje la cama, estaba hecha una lindura moquendo y llorando. Suplique, le ofreci lo que quisiera,
-de nuevo esa ridiculez, como si no supiera que tiene derecho a lo que quiera-, pero es que la mente se pone absurda en su desesperacion.
La palabra de seguridad estuvo a punto de salir sola de mi boca, mi cabeza estallaba de pensamientos: me esta violando de verdad, tengo derecho a detener esto, esta haciendo doler mas alla de lo pactado, lo que no es cierto, en realidad me desespera locamente, pero su cinturon duele mas. Entraba y salia usandome como si se masturbara conmigo, ya quise detener todo, y el jadeaba fuerte y senti que gozaba de mi. Y eso hizo la diferencia, comence a sentir la intensidad de su placer, su respiracion, sus jadeos,su cuerpo humedo, el estaba disfrutando de poseerme y la rebelion se extingio, recupere el control de mi cuerpo y acompañe sus movimientos
Entonces se detuvo, con su pene a fondo comenzo a acariciarme, besos, roces, hasta que me tranquilizo, con mi cuerpo vuelto a mi control, aflojo la presa y me hizo ponerme en cuatro con su miembro aun encajado. En esa postura comenzo a masturbarme muy delicadamente y a mover su pene de manera casi imperceptible, aumentando lentamente su movimiento, pero nada amenazante, el terror habia desaparecido.
Nunca crei que podria llegar al orgasmo asi, pero eso fue lo que logro entre sus caricias, besos y sus sabios dedos jugando con mi cli. EL placer me relajo y el comenzo a moverse mas ampliamente y estuvo largo rato haciendolo, hasta que lo fue retirando, pero como que se arrepentia y volvia a introducirlo hasta el fondo, aunque sin violencia, y volvia a sacarlo cada vez mas, hasta que finalmente lo saco, me dio un feroz beso y me mando a lavar mientras el hacia lo mismo.
Vuelta a la cama me toco homenajear su pene como le gusta, y trague hasta su ultima gota, eso fue como una iniciacion, al sentir las contracciones de su eyaculacion, ahi recien comprendi que pasaba con el sexo anal, el amo queria controlar su placer y mantener su capacidad de evitar eyacular con condon, como es su costumbre.
Recorde que me habia contado que hace sus 15 años, unos dos o tres despues de circuncidarse, habia notado que cada vez podia tardar mas en llegar con preservativo, hasta que logro evitarlo totalmente. Misma capacidad que habia perdido tres veces conmigo, entendi que su repeticion estaba destinada a lograr mantener su autocontrol.
Felizmente lo habia logrado. Era de nuevo completamente su esclava y el seguia siendo dueño de su placer.
En adelante no tendras que llorar tanto dijo,... aunque algo lloraras igual , agrego con su sonrisa malevola...